10 Cosas sorprendentes que han encontrado en el Espacio
Alcohol
En 2015, los científicos que trabajan en el telescopio de 30 metros de Sierra Nevada, en la Península Ibérica encontraron hasta 20 tipos diferentes de moléculas orgánicas entre las que se encontraban azúcar y alcohol en el cometa Lovejoy.
Este cuerpo celeste tiene unos 500 metros de diámetro y es uno de los más brillantes de cuantos se conocen.
Planeta diamante
El exoplaneta PSR J1719-1438b, descubierto en 2009, se encuentra ubicado en la constelación de Serpens, a unos 3.900 años luz de nuestro sistema solar. Según los científicos, su núcleo sería de hierro, pero su superficie se encontraría formada por carbono cristalino, o lo que es lo mismo, diamante. De poder pasear por él, nos encontraríamos con campos de kilómetros y kilómetros compuestos por este mineral.
Una nube de lluvia gigantesca
Sí, una nube similar a las que vemos en el cielo cuando hay chubascos. La única diferencia es que su tamaño sería inconcebible para nuestra comprensión. Estamos hablando de una nube del tamaño de 100.000 soles. Se encuentra a 10.000 millones de años luz de nosotros y se supone que rodea a un agujero negro supermasivo.
Estrellas frías
En su interior se siguen produciendo reacciones termonucleares, pero han perdido gran parte de su energía. Tanto es así, que la estrella conocida como WISE 1828 + 2650 tiene una temperatura de unos 25º. Podríamos darnos una vuelta por su superficie en pantalones cortos, de no ser por que no tienen atmósfera ni oxígeno.
Vida en oceanos extraterrestres
Titán es la luna más grande de Saturno y la candidata ideal a albergar vida en sus océanos. Las condiciones de su superficie y su atmósfera son extremadamente duras. Con una temperatura media de -170/-180º, chorros de metano por aquí y por allá, y ríos y lagos parcialmente congelados.
Rayos y relámpagos
Han sido vistos en la superficie de Venus, Júpiter, Saturno, Urano y otros planetas. Pero el rayo más potente no se produce en ningún planeta, si no en los agujeros negros. Su naturaleza es muy poco conocida pero se cree que se debe a la interacción de campos electromagnéticos con los discos de acreción que hay alrededor de los agujeros negros. Su poder y su tamaño dejarían en pañales al rayo más potente jamás visto sobre nuestro planeta.
El planeta infierno
Si en algún sitio existe un infierno, ese lugar es, sin duda, el planeta COROT-7b, situado a unos 489 años luz de nosotros. Orbitando alrededor de la estrella COROT-7 en la constelación de Monoceros, su principal problema es que se encuentra demasiado cerca de su estrella y siempre le ofrece la misma cara. Esto provoca que su temperatura, en el lado iluminado, no baje nunca de los 2.600ºC.
Los magnetares
Los magnetares son los cuerpos magnéticos más potentes conocidos. Se podría decir que son los imanes más fuertes del universo, miles de millones de veces más potentes que los imanes de la tierra.
Su vida es, cósmicamente hablando, muy corta, llegando a existir durante unos 10.000 años. Son tan potentes que podrían inutilizar un teléfono móvil a cientos de miles de kilómetros.
Planetas errantes
Los planetas errantes son también conocidos como planetas interestelares o planetas peregrinos. Su principal característica es que no están vinculados gravitacionalmente a ninguna estrella, por lo que no tienen órbita. Una curiosidad sobre estos planetas es que, si entran en una galaxia, se quedan en ella girando alrededor del núcleo galáctico, pero siguen sin estrella y sin orbitar a su alrededor.
“Máquina del tiempo”
En general, todo el cosmos y el universo es una grandísima máquina del tiempo. Tanto es así, que las distancias se miden en años. Dado que el tamaño de nuestra galaxia es de unos 100.000 años luz, cualquier suceso que aconteciese en uno de sus bordes, sería visible en el otro solo cuando transcurriesen 100.000 años. De todas formas, la luz no es el único modo de transmisión de información que tiene el espacio, ya que los rayos infrarrojos también pueden servir para esto.
Un ejemplo de esto serían “Los pilares de la creación”, de la Nebulosa del Águila. De acuerdo con el telescopio infrarrojo Spitzer, estos pilares fueron destruidos por la explosión de una supernova hace unos 6.000 años, pero dado que la nebulosa se encuentra a 7.000 años luz de la tierra no veremos su destrucción hasta dentro de 1.000 años.
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