El pueblo de japón donde las personas se vuelven muñecos
Ubicado en los valles ocultos de Shikoku, Japón, esta el pueblo de Nagoro. Su ubicación remota ha llevado a sus habitantes a salir a las grandes ciudades en busca de trabajo. Con ni siquiera una tienda local, existen pocas razones para la inmigración, así que, si los residentes mueren, no queda nadie para que los sepulten. Nagoro se ha ido reduciendo lentamente.
Hace once años, Ayano Tsukimi regresó a su casa en Nagoro. Confrontado con las constantes despedidas, ha poblado el pueblo con muñecas, cada una representando un antiguo poblador. Alrededor de 350 muñecos gigantes ahora residen en los alrededores de Nagoro, en sustitución de los que murieron o abandonaron hace años el pueblo.
En un reciente documental titulado El valle de los Muñecos, Fritz Schumann explora el mundo de Tsukimi, destacando el tiempo y el arte que tienen las figuras, y explica sus motivaciones. En ella se nos muestra en torno a una escuela local, una vez lleno de niños y maestros, que ahora alberga docenas de muñecos, sentados estáticamente, esperando que la clase comience.
Tsukimi descubrió su arte casi por accidente. Cuando las semillas que plantó no crecieron, se decidió construir un espantapájaros semejante a su padre. Fue sólo entonces cuando cayó en la idea de recrear el pueblo que una vez conoció. Los muñecos están hechos con paja, tela y ropa vieja, como un humilde espantapájaros, y Tsukimi está constantemente haciendo nuevas figuras para reemplazar a las que se han desgastado.
Y como lo prometido es deuda, a continuación les dejo una vista desde las calles de Nagoro, para que ustedes mismos puedan avanzar y descubrir más sobre estos misteriosos muñecos.
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