¿Qué significa el reloj del juicio final?
Después de anunciar que la aguja se mantiene en su sitio, es un buen momento para recordar qué significa el Reloj del Juicio Final.
El pasado día 26 de enero se anunció que el reloj del juicio final seguiría marcando tres minutos antes de medianoche, y todos reaccionamos, algunos con alivio, otros con precaución.
¿Por qué tanto alboroto por un reloj que no da la hora? Porque esta ha sido la representación de nuestros miedos y esperanzas desde hace ya varias generaciones; hemos estado atentos a sus movimientos tanto como a las noticias internacionales.
Un reloj que hizo de guía para una generación con miedo
Para comprender mejor de qué estoy hablando, tenemos que viajar en el tiempo, a una era en la que la humanidad había vencido a su peor enemigo, para darse cuenta de que aquello era sólo el principio. Estoy hablando de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, que terminó de manera dramática con la explosión de dos bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki.
El panorama mundial había cambiado, con EEUU y la Unión Soviética divididos en dos bandos que tenían el poder para acabar con el planeta sólo con presionar el botón equivocado. A este periodo se le llamó la Guerra Fría, y se caracterizó por el desarrollo continuo de bombas nucleares y todo tipo de situaciones tensas en las que la humanidad aguantó la respiración esperando lo peor.
Así nació el Reloj del Juicio Final
En este ambiente la ciencia intentó mantener algo de cordura, un referente para que todo el mundo recordase lo que nos estábamos jugando. En 1947 la primera edición de Bulletin of the Atomic Scientists, una revista escrita por científicos expertos en energía atómica, intentó cubrir ese hueco después pasar dos años como un boletín informativo.
Su fundador fue Eugene Rabinowitch, estadounidense de procedencia rusa y miembro del laboratorio metalúrgico del Proyecto Manhattan, y partidario de que la energía nuclear estuviese bajo control civil y no militar. No es ningún secreto que muchos de los científicos pertenecientes a este proyecto renegaban del uso militar de su creación, pero sus cartas y presiones a los gobiernos no consiguieron evitar el bombardeo de las ciudades japonesas.
Con Bulletin of the Atomic Scientists intentaron algo diferente, ofrecer a la ciudadanía toda la información posible para que pudiese controlar a sus gobiernos. Por eso no era una publicación científica, creada por y para expertos, sino que estaba orientada al ciudadano medio con textos que exploraban las posibilidades de la energía nuclear, además de sus peligros en el contexto de la situación actual.
Esta filosofía quedó patente con la imagen de portada, de un reloj. Este es el Reloj del Juicio Final, o Reloj del Apocalipsis, y en la primera edición marcaba siete minutos de medianoche. La “medianoche” representa el fin del mundo tal y como lo conocemos, así que nos conviene que la aguja esté lo más lejos posible. Además de la portada de la revista, existe un reloj físico en la Universidad de Chicago que cumple la misma función.
El papel del Reloj en la actualidad
Sin embargo, desde 1947 el mundo ha cambiado mucho. ¿Sigue teniendo sentido una representación semejante del estado del mundo? Sí, porque el Reloj del Juicio Final ha evolucionado desde entonces. En la actualidad la posibilidad de una tercera guerra mundial no es el único motivo para mover las agujas, sino que desde 2007 también se tienen en cuenta otras consideraciones, como el calentamiento global.
Precisamente este es el motivo por el que el reloj haya vuelto a moverse en la última década, después de un tiempo en el que estaba algo tranquilo. Las no-decisiones tomadas por los gobiernos de todo el mundo (ejem, protocolo de Kioto, ejem) provocaron que en 2015 el reloj se adelantase a los tres minutos para medianoche, y este 2016 se ha mantenido en esa posición.
Por una parte es una buena noticia, influenciada por la cumbre de Paris de finales del año pasado. Pero por otra, el hecho de que aún vayamos a tardar para ver los resultados de esta cumbre, y las recientes tensiones entre EEUU y Rusia, hace que no tengamos motivos para la celebración.
Las peores y las mejores horas del Reloj del Juicio Final
Pero, ¿estamos en el peor momento de la Historia entonces? La verdad es que no, para encontrar el momento más crítico de la Historia reciente según el reloj, tenemos que irnos a 1953, el año en el que los EEUU decidieron apostar por la bomba de hidrógeno, más destructiva que las nucleares; la respuesta soviética no se hizo esperar, y pronto las pruebas con estas terroríficas armas comenzaron, recordando al mundo que el fin estaba mas cerca. En ese momento el reloj marcó dos minutos para la medianoche.
Por contra, el mejor momento de los últimos años fue sin duda 1991, cuando el reloj se retrasó hasta los 17 minutos para la medianoche. Con la perestroika y la caída de la Unión Soviética llegó el fin de la Guerra Fría, y todo el mundo lo celebró como un penitenciario que se salva de la pena de muerte en el último momento. Una sensación de alivio que no duró, ya que desde entonces la Guerra Fría ha sido sustituida por otras preocupaciones a nivel mundial.
El Reloj del Juicio Final no es una representación exacta de cuándo vamos a destruir el mundo, sino una guía para recordarnos que tal vez no estamos siguiendo el camino correcto. Como tal, no podemos reaccionar de manera alarmista ante sus cambios, sino comprender porqué se están produciendo, con el objetivo de evitar repetir la Historia.
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